El autor nos muestra en esta novela un mundo post apocalíptico en el cual, los restos de humanidad, malviven en el interior de la red de metro de Moscu debido a una guerra nuclear que borró toda vida en la superficie, en la cual únicamente existe desolación y mutantes. Mientras, en el subsuelo, podremos descubrir una compleja sociedad donde cada estación se ha convertido en una ciudad estado con gobierno propio, entre ellas abundan las alianzas, confederaciones y guerras internas para tratar de controlar las escasos suministros e imponer sus ideologías. En una de estas estaciones-estado, frontera con el exterior, es donde vive Artyom, el protagonista de nuestra aventura. Desde allí avanzará por la red de metro para completar una misión encomendada por un extraño viajero que se presenta en su casa y cuyo objetivo son un grupo de estaciones llamadas Polis. El principio de la narración es apasionante y te consigue enganchar el mundo que nos presenta Dmitry Glukhovsky, el peligro constante esperándote en cada esquina, la opresión y oscuridad de los túneles, la sociedad de subsistencia en la que se hacinan los supervivientes, los extraños y desconocidos peligros del exterior, etc. Cuando empiezas a leer realmente puedes vivir la decadencia de esta sociedad y estas deseando adentrarte en este mundo. Desgraciadamente creo que esta primera parte de viaje iniciático empieza a hacerse algo repetitiva y la facilidad con la que recorre toda la red de Metro le resta parte de ese miedo que consigue transmitirte. Al principio crees que adentrarse en un túnel de metro era casi una sentencia de muerte pero tanta vuelta por una estación y otra le resta un poco de credibilidad. Con el devenir de las paginas me daba la sensación de estar acompañando a Artyom por un circuito turístico por el metro y es que me he quedado con el regusto de que el autor ha creado un magnifico mundo y no quería que ningún detalle se quedara fuera del libro. Creo que cuando un autor genera un mundo de fantasía tan completo debe saber sacrificar parte del mismo en la narración para no alargar innecesariamente la historia. Son muchos los personajes y los hechos que no aportan nada a la historia pero que rellenan muchas hojas de la novela, llegando a ser algo frustrante en algunos momentos. Sin embargo se produce un punto de inflexión justo cuando acaba su ir y venir por los túneles. Al llegar a las Polis el autor consiguió volver a captar mi atención y el libro vuelve a ponerse bastante interesante, sobre todo en las partes, desgraciadamente escasas, que transcurren en la superficie o luchando contra las criaturas mutantes que ahora vagan por el mundo. Aquí el ritmo vuelve a acelerarse hasta desembocar en un interesante final que cumple y en parte consigue sorprender aunque deje un cabo suelto que personalmente me tenía intrigadísimo y que finalmente dejó un poco decepcionado. En resumen es un libro muy recomendable a aquellos que gusten de la lectura de historias post apocalípticas y de un mundo bastante cuidado, que quizás se pierde un poco en el objetivo del protagonista pero seguro que si tenéis un poco de paciencia, sobre todo al principio, conseguirá engancharos hasta el final.
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